RECARGA DEPORTIVA
19/07/2011
PREPARACIÓN DE LA VAINA
(Arma corta/arma larga)
Objetivo:
Evitar problemas en la recarga o durante su proceso, ya que nos permite detectar anomalías sobre la vaina a saber:
a) fallas o fatiga sobre la misma,
b) fisura en boca
c) grietas sobre la caña o el espaldón
d) signos de sobrepresión
e) detectar vainas de sistemas Bóxer y Berdan
Procedimiento:
a) Separar por fabricante (estampa): Aunque todos las empresas se ajustan a las Normas Internacionales (C.I.P / SAAMI) y el concepto de cartucho máximo/recamara mínima; existen divergencias en su diseño (espesor de pared, largo total, alojamiento de pólvora, etc.). Es recomendable, en función de obtener recargas uniformes, y no modificar continuamente los registros de nuestra puesta a punto.
b) Clasificar por sistema de iniciación:
i. Bóxer (un oído de 2 mm)
ii. Berdan (dos oídos de 0.8 mm)
Cada uno de estos sistemas, tienen alojamiento de iniciador de distintas dimensiones; pero la causa principal, es que en el momento del descapsulado, se inutilice la herramienta que estamos utilizando.
c) Proceder a la limpieza de las vainas para eliminar la suciedad acumulada en las paredes externas de las mismas y en el alojamiento de pólvora, sobre todo, aquellas que se han utilizado en práctica de tiro en movimiento o polígonos de suelo de tierra. Pero siempre se han de limpiar para evitar la acción abrasiva de esta suciedad, en nuestros “dies” (matrices). Básicamente existen dos métodos para limpiar vainas: Por acción mecánica (fricción) y por acción química.
1 - Método del Tumbler: (fricción)
Se trabaja con la vaina seca, la fricción se produce entre el latón de la vaina y el elemento de limpiezas, estos aparatos trabajan por vibración. El recipiente que contiene el abrasivo y las vainas produce en estos un movimiento circular que mueve al contenido y después de un tiempo se obtienen vainas con una excelente terminación, se utiliza como abrasivo el marlo finamente molido. Algunos les adicionan una cucharadita de un conocido desengrasante (Cif) y lo hacen funcionar unos minutos para que impregne el marlo de maíz, también se ha utilizado el famoso Autopolish, luego del pulido se pasa a un enérgico lavado con agua y detergente, finalmente luego del enjuague viene el secado, quedando la vaina terminada y lista para iniciar el proceso de la recarga.
2- Método por acción química:
Se emplean líquidos solventes, ácidos ó alcalinos, se debe realizar la tarea en ambientes ventilados, con protección visual y de las manos, procediendo posteriormente a neutralizar la acción del agente químico empleado; con iguales resultados se han utilizado, el ácido acético (vinagre blanco común) diluido en agua (entre el 20 y el 25 %), a una temperatura entre 60 y 70 °C.
A esta lista se puede agregar el ácido fosfórico, el clorhídrico (antes muriático) diluidos al 15% en agua, los que luego de actuar unos 15 minutos sobre las vainas, obligan a realizar un lavado a fondo con agua, neutralizarlo con una solución de bicarbonato y posterior secado. Siguiendo con los ácidos, mencionamos el ácido sulfúrico que diluido al 15 % en agua corriente da excelentes resultados en 10 minutos. No levanta el brillo pero sí realiza una limpieza profunda, neutralizar siempre con un lavado alcalino
Formulas caseras:
Formula 1:
500 CC de Agua desmineralizada
500 cc de Acido Acético (vinagre de alcohol)
1 una medida de Jabón en Polvo
1 cucharada de sal
Temperatura de la mezcla: entre 60 y 80 °C
Sumergir durante 10 minutos y remover enérgicamente periódicamente.
Enjuagar con agua caliente
Secar al Sol o en horno no superando los 80 °C
Formula 2:
CIF Baño al 20 %
Temperatura de la mezcla: entre 60 y 80 °C
Sumergir durante 10 minutos y remover enérgicamente periódicamente.
Enjuagar con agua caliente
Secar al Sol o en horno no superando los 80 °C
d) La inspección visual es primordial una vez que la vaina esta limpia, exteriormente, podemos encontrarnos con rajaduras en su boca o en el cuerpo, con anillos que rodean su perfil formando un escalón con el resto de la caña. Cuando la vaina presente anomalías deberá ser descartada, pues puede comprometer nuestra seguridad.
Suele suceder, que las anomalías estén en la parte interna de la vaina, y no sean visibles a nuestros ojos, para lo cuál se debe usar un alambre con su punta doblada en L, de un largo mayor que el de la vaina, y debe ser introducido hasta el fondo, palpando sobre la superficie interior, ante cualquier novedad debemos asumir que está inservible. Este método es recomendado para las de fusil.
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